Lucía Cas
Afonso
LOS TRES
LOBITOS
(Los tres cerditos)
Érase
una vez tres lobitos hermanos que querían construir sus propias casas. El
primero, como sólo quería jugar al fútbol, construyó su casita de paja en muy
poco tiempo. El segundo, como sólo quería tocar la guitarra, construyó su
casita de madera y tuvo que trabajar un poco más que su hermano. Y el tercero,
como era muy trabajador, construyó una casa de bloques de cemento muy fuerte y
bonita, y éste fue el que más tardó.
Un
día, el cerdo feroz estaba hambriento. Encontró la casa de paja donde vivía el
primer lobito. Entonces comenzó a soplar con sus potentes pulmones hasta que la
derribó. El lobito, muy asustado, corrió a refugiarse a la casa de madera de su
hermano. El cerdo feroz persiguió al lobito, llegó a la casa de madera y
comenzó a soplar hasta que la derribó. Entonces los dos lobitos fueron
corriendo a la casa de bloque de su hermano. El cerdo feroz persiguió a los dos
lobitos y llegó hasta la casa de bloque. Sopló, sopló, sopló… pero no consiguió
derribarla. Los tres lobitos estaban salvados. Pero el cerdo, muy enfadado, no
se rendía. Subió a la chimenea, bajó por el hueco y al llegar se quemó el
trasero. Saltó tan alto dando un gran chillido que desapareció para siempre.
Desde
aquella triste historia los lobitos más perezosos decidieron construir sus
casitas de cemento, aunque tuviera que llevarles más tiempo y esfuerzo.
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