jueves, 11 de abril de 2013


Lucía Cas Afonso
 

LOS TRES LOBITOS

(Los tres cerditos)

 
       Érase una vez tres lobitos hermanos que querían construir sus propias casas. El primero, como sólo quería jugar al fútbol, construyó su casita de paja en muy poco tiempo. El segundo, como sólo quería tocar la guitarra, construyó su casita de madera y tuvo que trabajar un poco más que su hermano. Y el tercero, como era muy trabajador, construyó una casa de bloques de cemento muy fuerte y bonita, y éste fue el que más tardó.

 
       Un día, el cerdo feroz estaba hambriento. Encontró la casa de paja donde vivía el primer lobito. Entonces comenzó a soplar con sus potentes pulmones hasta que la derribó. El lobito, muy asustado, corrió a refugiarse a la casa de madera de su hermano. El cerdo feroz persiguió al lobito, llegó a la casa de madera y comenzó a soplar hasta que la derribó. Entonces los dos lobitos fueron corriendo a la casa de bloque de su hermano. El cerdo feroz persiguió a los dos lobitos y llegó hasta la casa de bloque. Sopló, sopló, sopló… pero no consiguió derribarla. Los tres lobitos estaban salvados. Pero el cerdo, muy enfadado, no se rendía. Subió a la chimenea, bajó por el hueco y al llegar se quemó el trasero. Saltó tan alto dando un gran chillido que desapareció para siempre.

 
       Desde aquella triste historia los lobitos más perezosos decidieron construir sus casitas de cemento, aunque tuviera que llevarles más tiempo y esfuerzo.

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