jueves, 13 de enero de 2011

LA HISTORIA DE UNA GRAJA

Esta historia pasó hace mucho tiempo en el archipiélago Canario (España, Europa).

Un buen día en la isla tinerfeña, concretamente en La Corona Forestal de Tenerife, nació una graja con un plumaje negro irisado, la cara blancuzca y el pico rojo y afilado. A la cría la llamaron Ela.

Cuando la madre de Ela era pequeña su madre la llevó a conocer algunas de las Islas

Canarias y ella quería hacer lo mismo con su hija.

En los primeros meses de vida de la cría la madre le enseñó a volar.

El primer viaje de Ela fue a La Gomera. En La Gomera Ela y su madre visitaron el Parque Nacional de Garajonay y el Bosque de Cedro.

Cuando Ela y su madre salieron de La Gomera fueron hacia la isla de La Palma, ¡les

hacía mucha ilusión visitar el Roque de Los Muchachos, La Caldera de Taburiente y el

Teneguía!

Después de visitar esos sitios, les coincidió que en ese mismo momento iban a bailar los

Enanos. Las dos grajas se posaron en el gorro de un enano. Cuando terminaron de bailar

su famosa polca, las aves tomaron rumbo a Lanzarote.

En Lanzarote Ela y su madre visitaron los Jameos del agua, El Timanfaya y la Cueva de

Los Verdes.

Después de haber visitado estas tres islas decidieron ir a vivir a la isla de La Palma dónde vivían muchas más grajas.

Cuando Ela tuvo crías las llevó a ver algunas islas y así sucesivamente de generación en

generación.

Carlota Hernández Jaubert 5ºB

Este no es mi regalo

Por fin llegó el tan deseado 25 de diciembre. Esa mañana como cada año todos en casa nos levantamos muy temprano para ver que nos había dejado Papá Noel debajo de nuestro arbolito.

Habían montones de paquetes y nosotros muy ilusionados empezamos a repartirnos los regalos, pero fue imposible, ya que los nombres que tenían no coincidían con los que vivíamos en casa. No sabíamos que pasaba, era todo un desastre.

Salí a la calle y vi cosas muy raras, a mi amiga Claudia vestida de Superman, a José con una bicicleta rosa, a Pedro jugando con una barbie, todos estaban muy extrañados con sus regalos.

Fuimos todos a la plaza, allí nos reunimos y hablamos de lo que estaba pasando. Más tarde se acercó Don Juan el policía al ver el jaleo, y nos preguntó que pasaba. Le explicamos que los regalos que habíamos recibidos no eran los que habíamos pedido en nuestras cartas y él nos explico: Anoche mientras yo hacia mi guardia, vi cuando a Papá Noel se le caía una gran bolsa roja de su trineo, esta se abrió y todos los paquetes cayeron sobre las casas equivocadas.

Todos nos reímos, por fin entendimos lo que había pasado, así que nos repartimos los regalos y cada uno tenía el que había pedido en su carta.

Pasamos un mal rato, pero esta será una Navidad que nunca olvidaremos.

Ana T. Mendoza Domínguez 5ºB

sábado, 8 de enero de 2011

El intercambio

Había una niña llamada Bibiana, y otra llamada Sara, éstas no se llevaban nada bien, ya que eran totalmente distintas:

A Bibiana le gustaba jugar al fútbol en su tiempo libre, y a Sara hacerse la manicura.

Sara era muy lista y sacaba en todas las asignaturas sobresalientes y notables, en cambio, Bibiana solo era lista para crear estrategias para su equipo de fútbol.

Otro ejemplo es que Bibiana estaba todo el rato con el chico que le gusta a Sara y esta pasaba más tiempo con sus amigos/as que con el chico que le gusta, entonces eso hacía que Sara odiara más aun a la primera.

Vamos a lo que vamos: se odian. Y lo que no se esperaban es que un día despertarían y se verían en el cuerpo de la otra. Para colmo eran vecinas y todas las tardes sus madres se encontraban en la casa de alguna de los dos, y las niñas se tenían que aguantar mutuamente.

Ese día en el colegio cada una se comportó como su aspecto, y por la tarde se dieron las gracias e hicieron la promesa de seguir así hasta que la misteriosa magia desapareciera.

Ellas se seguían peleando y entonces el hechizo no cesaba, las madres de ambas sabían que ellas se peleaban, entonces habían contratado a la hechicera Arregloconflictos, que utilizaba su magia para ayudar a las personas. Ella advirtió:

-Hasta que las niñas no se respeten el hechizo seguirá.

Las madres contestaron al unísono:

- Me parece bien.

Pasaron los días y las niñas seguían peleándose con insultos similares a estos: (pero Bibiana insultaba como Sara y esta como Bibiana):

-¡Te comportas como un chico!

-Al menos yo no soy una pija que solo se preocupa por su aspecto.

-Anda déjame, yo no hablo con las niñas que parecen chicos.

-Y yo no hablo con pijas, pero ya ves que estoy haciendo un esfuerzo.

Y así sucesivamente. Hasta que pasaron 2 meses entonces las niñas se preocuparon y hablaron por la tarde.

Lamentablemente para las madres las niñas se dieron cuenta de que las primeras habían llamado a la del cartel, así la llamaban ellas, el cartel decía así:



Quien soy:                  Que hago:                                Mi horario:

Hechicera                  Como bien dije antes                De 10 a 22 para llamadas. 643954201

Arregloconflictos                                                       De 1 a 10 por la mañana.

                                                                                 De 22 a 21 por la noche.

                                                                                 A domicilio



Entonces intentaron llevarse bien.

Resultado: lo consiguieron, cada una volvió a su cuerpo, pero al día siguiente ya se estaban peleando otra vez y como no se les ocurrían más insultos repitieron los mismos de siempre:

-¡Te comportas como un chico!

-Al menos yo no soy una pija que solo se preocupa por su aspecto.

-Anda déjame, yo no hablo con las niñas que juegan a fútbol.

-Y yo no hablo con pijas, pero ya ves que estoy haciendo un mayor esfuerzo que el del otro día.

Las madres no se dieron cuenta del no muy durativo cambio y entonces como les pareció que ya estaban tardando en llamar a la hechicera.

Lo malo es que el hechizo solo pasaba cuando las niñas dejaran de pelearse.

Con el paso de los años las niñas iban evitando sus peleas, hasta que llegaron a 6º,que ya no se peleaban. Cuando se encontraron de nuevo en su cuerpo ya estaban acostumbradas a la maravillosa vida de la otra, entonces decidieron llamar ellas a la hechicera. Hablaron con ella:

-No tendrás un hechizo de cambio de cuerpo permanente ¿verdad?- dijo Sara.

-Pues la verdad es que no.- contestó la hechicera.

-¡Qué royo!- exclamó Bibiana.

-Pues háganos el hechizo ese de cambio de cuerpo mientras estemos peladas.

La hechicera se puso manos a la obra, mientras Sara le susurró a Bibiana:

-Ya sé que ahora eres mi mejor amiga, pero de vez en cuando tendremos que seguir peleándonos.

-¡Promesa de mejores amigas!- susurraron a la vez.

Y así con los mismos insultos:

-¡Te comportas como un chico!

-Al menos yo no soy una pija que solo se preocupa por su aspecto.

-Anda déjame, yo no hablo con las niñas que parecen chicos.

-Y yo no hablo con pijas, pero ya ves que estoy haciendo un esfuerzo.

Se siguieron peleando de vez en cuando.

Para ser exactos en el COMEDOR mientras COMÍAN.

En la universidad aún seguían juntas, tanto madres como hijas, y es que en realidad las madres supieron que hacer porque eso mismo les había pasado a ellas cuando eran jóvenes.

Ese hechizo de la familia de Bibiana y la familia de Sara había pasado de generación en generación, de generación en generación, de generación en generación, de generación en generación, de generación en generación y muchas más generaciones.

Lo más curioso es que siempre había acabado igual y aún mas y mas curioso es que siempre había sido la misma bruja. Porque...

Las brujas viven 1.000.000 y 1.000.000 de años.

PERO ESO LO DESCUBRIRÁS EN MI PRÓXIMO LIBRO: LOS SECRETOS DE LAS BRUJAS



Autora: Ángela Díaz Bricio 5ºA