Un día, un niño llamado Pablo, pensó en mandarle una tarta de chocolate a un extraterrestre.
Se encontró con un amigo, y le preguntó si quería hacer con él una tarta de chocolate, para enviársela al extraterrestre. El amigo le contestó que no quería hacer la tarta. Pablo le dijo: adiós, me voy a hacerla.
Llegó a su casa y empezó a prepararla. Cuando hacía la tarta estaba comiéndose unas golosinas que le había comprado su madre, y pensó: ¿en otros planetas existirán las golosinas?
Cuando terminó, la cocina estaba toda sucia y Pablo pensó, será mejor que la limpie y la deje como estaba o mi madre se enfadará. Se puso manos a la obra y la dejó reluciente.
Al día siguiente le envió la tarta al extraterrestre y Pablo se quedó contento. A los cinco días el extraterrestre le envió una carta que ponía: la tarta que nos mandaste estaba muy buena, y te damos las gracias por enviarla.
Después de un par de años, cuando Pablo era mayor, se encontró con el extraterrestre al que le había enviado la tarta.
Empezaron a hablar un rato, y Pablo le preguntó: ¿vienes a mi casa a tomarte un café?. Contestó que sí, y los dos se fueron paseando a casa de Pablo.
Cuando terminó de tomarse el café, el extraterrestre se tenía que ir. Se despidieron, y Pablo le prometió que un día le mandaría otra tarta pero no de chocolate, y colorín colorado este cuento se ha acabado.
martes, 28 de diciembre de 2010
La tarta de Chocolate
Javier Hernández Castro. 5ºA
Publicado por
Marielo
en
8:31
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